Pan Duro

Netzahualcoyotl o “Coyote hambriento” era un hombre entrado en años que  contrajo nupcias con una joven prófuga de la cocina de nombre  Iwana; dama delicadamente inútil y despreocupada quien a base de besos y arrumacos logró convertir a “Coyote hambriento” en “Coyote que ayuna.” Juntos procrearon a Netzahualpilli o “Niño que ayuna.”

A primera vista parecían ser una familia acaudalada y feliz. Pero nadie imaginaba lo difícil que era lograr la armonía en dicho seno familiar,

-“¡Deberías de ser como Doña Tlakuani y usar un poco más el Komali…!”

Era la queja vespertina de Netzahualcoyotl quien había llevado su amor al grado del faquirismo debido a que Iwana – haciendole  honor a su nombre – se la pasaba viendo la novela en la terraza con la elegancia de una iguana en su piedra; es decir, asoleada, panza abajo y sin parpadear.

El Zacahuil, los Mixiotes, los huixquiles, los huazontles y los xoconoxotles eran el delirio de Netza; pero al no haber metate ni molcajete que se compadecieran de él se veía obligado a  pasar todas las tardes por la panadería para comprar -y asi cuando menos engullir- un pan con Nescafé antes de dormir. Compraba siempre varias piezas de pan  que tentaban el paladar de Iwana quien después de devorarse tres, se preocupaba por el tamaño creciente de su papada; entonces,  renunciaba a tan suculento placer ejerciendo su voluntad de tajo y  tan estrepitosamente  como la caída de un trueno en alta mar. Con tal convicción se retiraba  para descansar en su aposento dejando atrás  la bolsa de pan abierta y a merced de la noche serena. De esta manera, Iwana recolectaba -sin querer- pan duro cada tres días.

Una tarde de eclipse solar Netza no pudo más e interpuso su osamenta  entre ella y el televisor lanzandole una advertencia,

–  Más vale que cocines algo mañana porque vendrán a comer mi padres (Don Moctezuma o “Señor Airado” y  Wacamaya)

Al verse en tremendo aprieto Iwana recurrió a Tlakuani para que viniera a su casa para ayudarle a cocinar. Cuando Tlakuani comenzó a dictarle la lista interminable de ingredientes Iwana le hizo saber que no contaba con muchos recursos ya que se lo había gastado casi todo  en barnices de uñas, collares de jade y modernos huipiles.

-“¿Entonces, qué y con qué cocinaremos mujer?” – Le dijo mientras se recargaba en la estufa y abría con curiosidad una de varias bolsas de pan duro que yacían encima de la mesa.

-¡No sé!- le contestó encrespada.

Tlakuani ni siquiera escucho tal respuesta ya que al ver el pan duro puso de inmediato manos a la obra reutilizando tal desperdicio y creando crutones para la ensalada de nopales, pan rallado para empanizar el pollo y un exquisito budin de tuna como  postre.  La comida cautivó a los comensales que ni sospecharon la procedencia de tales ingredientes. A partir de entonces, Iwana se animó a cocinar reutilizando lo que en la mayoría de  las casas alguna vez ha existido: Pan duro.

En la Biblia encontramos un pasaje en el que se utiliza pan duro para  engañar a Josué, el gran líder guerrero.

En el libro de Josué capítulo 9 leemos  que las noticias de la conquista y de todo lo que Josué y sus valientes guerreros hicieron en Jericó y Hai, se esparcieron por toda la región causando pánico.  Una raza llamada heveos o gabaonitas pensaron que no podían hacer frente y decidieron hacer las paces con ellos. Para esto, diseñaron una estrategia y como si fuera una puesta en escena,  se disfrazaron de peregrinos cansados vistiendose con ropas viejas  y zapatos rotos; trajeron consigo además  pan duro, cueros de vino viejos, rotos y remendados. Se presentaron ante Josué y los ancianos de Israel y les hicieron creer que habían venido de tierras lejanas al oír de las grandes maravillas que Dios había hecho a su favor. Que venían a ofrecer su amistad y a hacer alianza con ellos.  A primera vista la evidencia parecía corresponder con la historia de los viajeros. Entonces, Josué y los ancianos del pueblo tomaron de sus viejas provisiones y comieron juntos el pan duro como una muestra de amistad sin consultar al Señor (Exodo 34:12).

Concertaron así un tratado de paz con ellos  y se comprometieron a proteger sus ciudades sin sospecha alguna. Pero después de tres dias los Israelitas descubrieron la patraña: los gabaonitas en realidad vivían muy cerca de ellos. Cuando los reyes de los pueblos vecinos supieron que Israel y Gabaón se habían aliado  se enojaron y levantaron para pelear en contra de los gabaonitas. Pero tan pronto como los gabaonitas lo oyeron pidieron ayuda a Josué para que les salvara segun lo habian pactado. El convenio dió como resultado que el pueblo de Israel terminara defendiendo a los gabaonitas en lugar de destruirlos, y que  peleara  una batalla que no tenía que pelear; todo, por decidir sin  buscar la dirección del Señor.

Por toda la escritura encontramos hombres, mujeres y hasta niños buscando la dirección de Dios para sus vidas.  Buscar la dirección de Dios es de vital importancia para una vida cristiana saludable. Cada día de nuestra vida esta repleta de decisiones que tienen que hacerse. Desiciones grandes y pequeñas; trascendentales y triviales.  Algunas,  por su carácter seran irrevocables, como en el caso de Josué y los gabaonitas. Para tomar una buena decisión debemos  tener en cuenta que ésta deberá  ser  razonada y lógica, además de  contener suficiente información  y si es posible, un poco de experiencia.  En opinión de los expertos: cuanto más importante es la decisión, tanto más tiempo debemos tener para demorarla.

Las oraciones, la lectura asidua de la palabra y los planes, forman parte de un conjunto que en una búsqueda sincera nos hará además encontrar la información que nos hace falta para no dar vuelta en “u” más adelante.  Los planes que Dios tenga para nosotros pueden venir también  y  darnos un nuevo rumbo y la convicción que necesitamos. ¿Te parece una pérdida de tiempo? En este pasaje de la vida de Josué  vemos que el tiempo que  ahorra en no consultar a Dios, es el mismo que pide después, cuando esta en medio de la batalla  y ruega a Dios detenga el sol.

Un  error más es  pensar que somos lo suficientemente sabios para tomar ciertas decisiones con solo  recurrir a ejemplos de pasajes bíblicos para convencernos de tomar tal o cual decisión. La evidencia de que estamos viviendo  tan solo en una ilusión viene cuando el resultado no es el esperado y nos damos cuenta que le hemos fallado al Señor. Es por eso que  debemos consultarle aun cuando a simple vista parezca lo correcto. Antes de matricularnos en una  universidad prestigiosa, antes de aceptar  un buen  trabajo, de relacionarnos amorosamente con un buen partido  o de formar parte de algun ministerio, etc.

La misericordia del Señor  en éste acontencimiento  se muestra  más adelante cuando leemos que a pesar de que Josué  no consultó  a  Dios, Dios le escucha y detiene el sol.

Ya sea que seamos líderes experimentados como lo fue Josué o no, todos llegamos a comer alguna vez un pan duro. Sin embargo, la gracia del Señor hará de igual manera con nosotros si le pedimos una segunda oportunidad aún cuando le hallamos fallado y contristado su Espíritu por no haber  querido escuchar su voz.

Richard S. Taylor nos recomienda las “Reglas incontrovertibles para la dirección,”

                  1.  No trate de imitar la dirección que algún otro haya recibido para su propia vida.

                  2.  No espere DIARIAMENTE sucesos de dirección DRAMATICA, acerca de los cuales pueda escribir o hablar.

                  3.  No ore para recibir dirección especial cuando se trata de deberes establecidos.

                  4.   Aprenda por la experiencia el pleno significado de Colosenses 3:15 “ Y la paz de Dios GOBIERNE en vuestros corazones”.

                  5.   No obre apresuradamente.

                   6.  No se abata demaciado cuando tenga razones para creer que ha perdido la señal del Espiritu Santo.

                   7.   Siga orando para que Dios le guíe.

El pasaje nos enseña que ante las encrucijadas de la vida no debemos llevar a cabo decisiones que no podamos comenzar sin la dirección divina. Porque cuando decides sin consultar al Señor, puedes ser engañado hasta con un pan duro.

“Ya no seremos como niños, que ahora piensan una cosa y más tarde piensan otra, y que fácilmente son engañados por las falsas enseñanzas de gente astuta, que recurre a toda clase de trampas.” Efesios 4:14 NVI

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